lunes, 19 de mayo de 2014

Y con la familia ¿Qué hago?

Y con la familia ¿Qué hago?
De cara a la atención de los niños con TDAH es importante mantener una buena coordinación entre todos los paradigmas implicados en el proceso de educación del niño. Si bien es cierto, que anteriores entradas en el blog se han dedicado a la orientación de los maestros no podíamos descuidar la orientación a los padres.
En el grupo de diigo se han presentado  multitud de guías publicadas en la red. De las cuales me he quedado con un par por su sencillez y puntos claros. Considero esencial presentar a los padres de manera clara y concisa lo que queremos que trabajen con sus hijos, sin darle muchas vueltas.
Es por esto que me quedo con este decálogo extraído de: TDAH: un reto para la condición de padres. Guía para padres. Fundación CADAH.

Decálogo de actuación familiar
  1. Aceptar y conocer el trastorno. Para todos los padres puede ser muy complicado, pero lo más difícil esta hecho, porque encontrado el problema, podemos aplicar la solución.
  2. Reforzar lo positivo y obviar lo negativo. La familia debe ser observadora de sus propias conductas y reflexionar sobre sus consecuencias, para conocer y trabajar sus fortalezas y debilidades.
  3. Establecer unos límites y normas y las consecuencias de no cumplirlas. Estos niños deben tener claro cuáles son las normas a cumplir, y para ello se tienen que prefijar con antelación mediante consenso. Deben estar en lugar visible siempre.
  4. La comunicación debe ser asertiva y empática, evitando cualquier tipo de mensaje critico ante sus fracasos e intentando ponerse en el lugar de los niños.
  5. Establecer planificaciones diarias. La organización diaria del tiempo y del espacio creando rutinas, será necesario para facilitar la adquisición de hábitos de autonomía en los niños.
  6. Distinguir persona de conducta. No debemos olvidar que estos niños tienen la autoestima debilitada debido a todos los fracasos que han ido acumulando en su vida, por eso cuando les hagamos una crítica, esta debe ir dirigida a su conducta. Por ejemplo, le diremos: "tu cuarto esta desordenado", en vez de "Eres un desordenado".
  7. No olvidar que los padres son sus mejores modelos a seguir. Nosotros debemos ser su guía en sus actuaciones día a día.
  8. Contacto continuo entre familia y colegio. La coordinación y la intervención en ambos ámbitos será la mejor herramienta para paliar las dificultades que se irán encontrando a lo largo de su vida escolar.
  9. Mejorar su autoestima. Es necesario compensar sus dificultades proporcionando los apoyos necesarios haciendo hincapié en sus potencialidades. Debemos exigirles en función de sus posibilidades.
  10. Paciencia y constancia serán fundamentales para conseguir nuestros objetivos y unas mejores relaciones familiares.

En segundo lugar para una ampliación de las acciones me quedo con estos 20 puntos extraídos de la guía para la atención educativa del alumnado con TDAH.


El papel de la familia: algunas pautas educativas:

  1. Prestar atención al niño, escucharle y hablarle con calma.
  2. Explicarle el problema y los planes para ayudarle a superarlos.
  3. Actuar siempre como modelos positivos.
  4. Mostrarse tranquilos y relajados, puesto que el comportamiento de los padres va a ser imitado por el niño.
  5. Establecer unas normas claras y bien definidas, que tendrán un grado de exigencia en consonancia con la capacidad del niño.
  6. Facilitar al niño una situación de máxima estructura y organización en el hogar. Esto implica mantener constante el horario y evitar, en la medida de lo posible, una estimulación excesiva. Un ambiente desorganizado convierto poco a poco al niño hiperactivo en un niño histérico, por su tendencia a responder impulsivamente a los estímulos de su entorno. Es muy conveniente asignarle un lugar tranquilo para trabajar o jugar.
  7. Comunicar al niño, con suficiente antelación, cualquier posible modificación de la rutina del hogar, para permitirle adaptarse a ella.
  8. Observar las buenas conductas y habilidades del niño, elogiarlas y reforzarlas: un abrazo, comentarios o manifestaciones de agrado. En general el refuerzo se debe realizar cuando el niño ha hecho algo que merezca un reconocimiento: un buen comportamiento, un buen trabajo, un pequeño avance con respeto a un problema, un esfuerzo…
  9. Prestarle atención cuando muestre conductas deseables y tratar de ignorar el excesivo movimiento o ajetreo del niño, salvo cuando la conducta sea excesivamente alborotadora o peligrosa. En estos casos se aplicaran de forma rigurosa las consecuencias previstas.
  10. Cuando sea necesario dirigirse al niño por un comportamiento disruptivo, se actuará con firmeza, pero sin perder la serenidad ni la calma; de lo contrario, se le estará presentando atención en un momento inapropiado
  11. Aplicar castigos únicamente cuando sean necesarios y darle inmediatamente unas normas de actuación correcta.
  12. Permitir que el niño pueda desahogar su exceso de energía, pero evitar que se fatigue en exceso, y procurar no estimularle innecesariamente.
  13. Aumentar la confianza del niño en sí mismo y su autoestima. Para ello es necesario reconocer su esfuerzo, interés y concentración; estimularle destacando los aspectos positivos de sus ejecuciones; ayudarle a reflexionar sobre su conducta para que pueda detectar sus errores.
  14. Ayudarle a interpretar las conductas de los demás y la suya propia, hacerle ver y reflexionar sobre qué otra actuación podría haber sido adecuada y finalmente ayudarle a definir el problema.
  15. Favorecer la autonomía del niño evitando todo tipo de sobreprotección.
  16. Aceptar al niño tal y como es, con sus posibilidades y limitaciones, sin generar expectativas inadecuadas.
  17. Comentar tranquilamente con el niño sus fallos y tratar de que comprenda que es necesario pensar siempre antes de actuar
  18. Corregir los errores, evitando comentarios negativos y tratando de que descubra y genere posibles alternativas de actuación.
  19. Mantener frecuentes entrevistas personales con el tutor/a para tratar de determinar conjuntamente los procedimientos de ayuda.
  20. Ampliar la capacidad de atención de los niños pidiendo que realice tareas sencillas y tranquilas como: juego de tres en raya, palabras que empiecen por..., juego del veo-veo, rompecabezas y puzzles, seguir laberintos, juego del parchís, la oca, las damas, juego de cartas, audiciones musicales, ejercicios de respiración, concentrarse ante un determinado estímulo, experimentar sensaciones (tensión-relajación), juego de construcciones, uso del ordenador, observar detalles en las láminas de los cuentos, cerrar los ojos y concentrarse, etc.

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