Y con la familia ¿Qué hago?
De cara a la
atención de los niños con TDAH es importante mantener una buena coordinación
entre todos los paradigmas implicados en el proceso de educación del niño. Si
bien es cierto, que anteriores entradas en el blog se han dedicado a la
orientación de los maestros no podíamos descuidar la orientación a los padres.
En el grupo de
diigo se han presentado multitud de guías
publicadas en la red. De las cuales me he quedado con un par por su sencillez y
puntos claros. Considero esencial presentar a los padres de manera clara y
concisa lo que queremos que trabajen con sus hijos, sin darle muchas vueltas.
Es por esto que
me quedo con este decálogo extraído de: TDAH: un reto para la condición de padres. Guía para padres. Fundación
CADAH.
Decálogo de actuación familiar
- Aceptar
y conocer el trastorno. Para todos los padres
puede ser muy complicado, pero lo más difícil esta hecho, porque
encontrado el problema, podemos aplicar la solución.
- Reforzar
lo positivo y obviar lo negativo. La
familia debe ser observadora de sus propias conductas y reflexionar sobre
sus consecuencias, para conocer y trabajar sus fortalezas y debilidades.
- Establecer
unos límites y normas y las consecuencias
de no cumplirlas. Estos niños deben
tener claro cuáles son las normas a cumplir, y para ello se tienen que
prefijar con antelación mediante consenso. Deben estar en lugar visible
siempre.
- La
comunicación debe ser asertiva y empática, evitando
cualquier tipo de mensaje critico ante sus fracasos e intentando ponerse
en el lugar de los niños.
- Establecer
planificaciones diarias. La organización diaria
del tiempo y del espacio creando rutinas, será necesario para facilitar la
adquisición de hábitos de autonomía en los niños.
- Distinguir
persona de conducta. No debemos olvidar que
estos niños tienen la autoestima debilitada debido a todos los fracasos
que han ido acumulando en su vida, por eso cuando les hagamos una crítica,
esta debe ir dirigida a su conducta. Por ejemplo, le diremos: "tu
cuarto esta desordenado", en vez de "Eres un desordenado".
- No
olvidar que los padres son sus mejores modelos a seguir. Nosotros debemos ser su guía en sus actuaciones día a día.
- Contacto
continuo entre familia y colegio. La
coordinación y la intervención en ambos ámbitos será la mejor herramienta
para paliar las dificultades que se irán encontrando a lo largo de su vida
escolar.
- Mejorar
su autoestima. Es
necesario compensar sus dificultades proporcionando los apoyos necesarios
haciendo hincapié en sus potencialidades. Debemos exigirles en función de
sus posibilidades.
- Paciencia
y constancia serán fundamentales
para conseguir nuestros objetivos y unas mejores relaciones familiares.
En segundo
lugar para una ampliación de las acciones me quedo con estos 20 puntos extraídos
de la guía para la atención educativa del alumnado con TDAH.
El papel de la familia: algunas pautas educativas:
- Prestar atención al niño, escucharle y hablarle con calma.
- Explicarle el problema y los planes para ayudarle a
superarlos.
- Actuar siempre como modelos positivos.
- Mostrarse tranquilos y relajados, puesto que el
comportamiento de los padres va a ser imitado por el niño.
- Establecer unas normas claras y bien definidas, que
tendrán un grado de exigencia en consonancia con la capacidad del niño.
- Facilitar al niño una situación de máxima estructura
y organización en el hogar. Esto implica mantener constante el horario y
evitar, en la medida de lo posible, una estimulación excesiva. Un ambiente
desorganizado convierto poco a poco al niño hiperactivo en un niño
histérico, por su tendencia a responder impulsivamente a los estímulos de
su entorno. Es muy conveniente asignarle un lugar tranquilo para trabajar
o jugar.
- Comunicar al niño, con suficiente antelación,
cualquier posible modificación de la rutina del hogar, para permitirle
adaptarse a ella.
- Observar las buenas conductas y habilidades del
niño, elogiarlas y reforzarlas: un abrazo, comentarios o manifestaciones
de agrado. En general el refuerzo se debe realizar cuando el niño ha hecho
algo que merezca un reconocimiento: un buen comportamiento, un buen
trabajo, un pequeño avance con respeto a un problema, un esfuerzo…
- Prestarle atención cuando muestre conductas
deseables y tratar de ignorar el excesivo movimiento o ajetreo del niño,
salvo cuando la conducta sea excesivamente alborotadora o peligrosa. En
estos casos se aplicaran de forma rigurosa las consecuencias previstas.
- Cuando sea necesario dirigirse al niño por un
comportamiento disruptivo, se actuará con firmeza, pero sin perder la
serenidad ni la calma; de lo contrario, se le estará presentando atención
en un momento inapropiado
- Aplicar castigos únicamente cuando sean necesarios y
darle inmediatamente unas normas de actuación correcta.
- Permitir que el niño pueda desahogar su exceso de
energía, pero evitar que se fatigue en exceso, y procurar no estimularle
innecesariamente.
- Aumentar la confianza del niño en sí mismo y su
autoestima. Para ello es necesario reconocer su esfuerzo, interés y
concentración; estimularle destacando los aspectos positivos de sus
ejecuciones; ayudarle a reflexionar sobre su conducta para que pueda
detectar sus errores.
- Ayudarle a interpretar las conductas de los demás y
la suya propia, hacerle ver y reflexionar sobre qué otra actuación podría
haber sido adecuada y finalmente ayudarle a definir el problema.
- Favorecer la autonomía del niño evitando todo tipo
de sobreprotección.
- Aceptar al niño tal y como es, con sus posibilidades
y limitaciones, sin generar expectativas inadecuadas.
- Comentar tranquilamente con el niño sus fallos y
tratar de que comprenda que es necesario pensar siempre antes de actuar
- Corregir los errores, evitando comentarios negativos
y tratando de que descubra y genere posibles alternativas de actuación.
- Mantener frecuentes entrevistas personales con el
tutor/a para tratar de determinar conjuntamente los procedimientos de
ayuda.
- Ampliar la capacidad de atención de los niños
pidiendo que realice tareas sencillas y tranquilas como: juego de tres en
raya, palabras que empiecen por..., juego del veo-veo, rompecabezas y
puzzles, seguir laberintos, juego del parchís, la oca, las damas, juego de
cartas, audiciones musicales, ejercicios de respiración, concentrarse ante
un determinado estímulo, experimentar sensaciones (tensión-relajación), juego
de construcciones, uso del ordenador, observar detalles en las láminas de
los cuentos, cerrar los ojos y concentrarse, etc.
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